Ricardo
Portabales ¿Así se protegen a los testigos protegidos?
Ricardo…Ricardo
Portabales, el hijo del padre del mismo nombre que fue vendido
por nuestra justicia y dejado junto a su madre y hermanos al amparo de los
delincuentes que su padre denuncio en la operación Necora sigue hablando
claro.
Es lamentable que en la wikipedia no aparezcan sus nombres (de su "padre") ni el de Manuel Fernández Padín que fueron los dos arrepentidos del caso Operación Nécora
Ya
conocéis los huevos que tiene Joaquín Crespo el testigo que ha denunciado
múltiples veces la trama pederasta del bar España donde supuestamente esta
implicado el Sr Carlos Fabra, pues este testigo protegido y su familia tambien quedaron en el
mas burdo de los desamparos cuando las cámaras dejaron de grabar y les fue retirada la escolta y la paga hace unos 4 años.
Un
caso, este de la Operación Nécora donde ni un solo gramo de
droga fue incautado y donde el juez estrella Baltasar Garzón y toda la magnifica Audiencia
Nacional y el Tribunal Supremo miro hacia otro lado al parecer…y nunca se
entero de las amistades peligrosas de nuestro ex presidente Gonzalez.(recientemente
nacionalizado colombiano)
La verdad es que el tiempo
coloca todas las piezas en su sitio y ahora se nos antoja mas comprensible los
fastos de 1992 y la incompresible falta de responsabilidad en delitos de
blanqueo…del hermano de la mano derecha de Gonzalez, Alfonso Guerra.
A este hermanisimo le callo una multa
de 150.000 euros…por delito fiscal…que nunca tuvo que pagar tal
como podemos leer en la wiki y en la que parece que hablen de un ángel
caído:
En
el año 2001, el Tribunal Constitucional estimó un recurso de amparo interpuesto
por Juan Guerra. Esta sentencia del Alto Tribunal contó con un voto particular
del magistrado Manuel Jiménez de Parga, en el que denunciaba que el hermano del
ex vicepresidente había sido víctima de un “proceso inquisitorial”, de una
instrucción judicial “cuasi demoníaca” y de una investigación dirigida “contra
su persona con noticias vagas e imprecisas”. Pese a ser juzgado por más de ocho
causas y siendo absuelto en seis de ellas, los medios jamás se disculparon por
las múltiples acusaciones vertidas, ni Juan Guerra recibió indemnización
alguna.
No les aburro mas, así funciona la justicia en este país que algunos se empeñan en convertir en un erial…suerte Ricardo.
Una vez mas, recordándoles a estos miserables gobernantes a mandos policiales a jueces y fiscales así como a periodistas y a Portabales “Padre”. Justicia para mi madre señores!! Cuando interesas… paripé…. Cuando no interesas, a la calle. JUSTICIA!! No os tengo ningún miedo. Y vosotros? Seguiré luchando Sinvergüenzas!!
La historia de unos niños que
salieron de su pueblo, por orden del Gobierno perdiendo su infancia y llegaron
a conocer algunos varones que rigen aún hoy el poder… Hoy… Todos callan. Yo
pido justicia.
Pueden leer el articulo de la periodista Paula Ballesteros, la cual, cuando cerraron mis paginas me ayudo muchísimo al igual que las periodistas Consuelo García del Cid y Claudia Moctezuma. Hoy, vuelvo a la lucha por la justicia para mi madre. Un abrazo amigos. Gracias.
Pueden leer el articulo de la periodista Paula Ballesteros, la cual, cuando cerraron mis paginas me ayudo muchísimo al igual que las periodistas Consuelo García del Cid y Claudia Moctezuma. Hoy, vuelvo a la lucha por la justicia para mi madre. Un abrazo amigos. Gracias.
Salieron de su casa, de su tierra
en Galicia, sin despedirse de sus amigos, sin dejar sus señas, cambiando de
identidad y callando todos los recuerdos de su infancia, ocultando lo que les
gustaba o no, aprendiendo a vivir entre escoltas con sus armas como juguetes.
Ricardo hijo se ha hecho hombre sin la oportunidad de socializarse como cualquier niño, en el colegio con sus compañeros, hablando de lo que la vida va descubriéndonos. Él y sus hermanos dependían de que los tutores que les pusieron para educarles sin salir de casa fuesen capaces de aguantar una situación en la que muchas veces, los escoltas encargados de su seguridad, los encerraban y escondían ante cualquier movimiento sospechoso.
Ricardo hijo se ha hecho hombre sin la oportunidad de socializarse como cualquier niño, en el colegio con sus compañeros, hablando de lo que la vida va descubriéndonos. Él y sus hermanos dependían de que los tutores que les pusieron para educarles sin salir de casa fuesen capaces de aguantar una situación en la que muchas veces, los escoltas encargados de su seguridad, los encerraban y escondían ante cualquier movimiento sospechoso.
“Tuvimos varios y ninguno nos
duraba”, dice Ricardo, hasta que llegó un día en que su educación se convirtió
en capítulo cerrado: “Nadie se ocupó de formarnos para la vida que se supone,
algún día tendríamos derecho a hacer en libertad”.
Ahora, pasados los años, identifica
sus sentimientos y los de sus hermanos como la ansiedad que sufre cualquiera
privado de libertad sin saber el motivo. “Todos tenemos secuelas, mis hermanos
y yo nos sentimos distintos a los demás, nos cuesta mantener contacto con la
gente, aunque somos abiertos, nos queda ese miedo a cometer alguna
indiscreción, no hemos aprendido a ser como los otros niños, la espontaneidad
de la infancia nos la prohibieron. La vida que hemos llevado ha sido la de
fugitivos y nunca sabíamos por qué, el sentimiento de culpa con el que vivimos
no tenía un motivo concreto. Sobrevivimos, pero la vida para nosotros se
terminó con la operación Nécora”.
Habla de poder volver a su tierra Galicia y la morriña del gallego se acentúa con la pérdida de esperanza de algún día poder recorrer sus antiguos caminos diciendo su verdadero nombre.
Habla de poder volver a su tierra Galicia y la morriña del gallego se acentúa con la pérdida de esperanza de algún día poder recorrer sus antiguos caminos diciendo su verdadero nombre.
Ricardo empezó a contar su verdad,
a través de Facebook. Al principio tímidamente publicaba documentos que
probasen la veracidad del abandono sufrido por las autoridades que les usaron y
poco a poco la red le proporcionó contactos, personas que ante su caso se unían
compartiendo en su muro lo que el publicaba, recomendándole amigos.
Siempre agradecía a la gente los
mensajes de solidaridad, los espacios suyos publicados en los muros de personas
que, sin conocerle, se rendían ante las pruebas que publicaba. Sus contactos en
muy poco tiempo llenaron una gran lista que él, asombrado, cuidaba todos los
días al volver de su trabajo.
Un día, y sin previo aviso, la casa
en la que vivieron su tragedia y la pensión como pago por los servicios del
padre, se les retiró. Sin oficio ni cotización a la Seguridad Social, sin hogar
y sin esa escolta que les protegía en su encierro, tuvieron que empezar una
vida para la que no se les había preparado.
Su página de FB logró devolver la
capacidad de creer a este hombre, que sigue peleando por recobrar una infancia
que les arrebataron cuando la ley de protección de testigos tomó el
protagonismo de sus vidas. Ahora esa página se la han cerrado, ninguno de sus
contactos puede comunicarse con él: de nuevo, y coincidiendo con la salida de
la cárcel de los narcotraficantes, Ricardo Portabales hijo ha sido encerrado.
En el aire quedan sólo preguntas
¿dónde está Ricardo, cuál es su identidad, cómo se le puede ayudar? Algo huele
mal en la ley de protección de testigos. Mientras sucede todo esto que les
cuento, en la red se abre una página por el derecho a la libertad de expresión
de Ricardo Portabales JR en la que todos aquellos que quieran pueden dejar sus
comentarios y apoyo a estas personas que durante su infancia sufrieron un
secuestro amparado por la ley.
Justicia para mi madre!!